Los bloqueos carreteros realizados en distintos puntos del país por agroproductores, están generando pérdidas multimillonarias tanto para el sector transportista como para la industria de la transformación. Roberto Díaz Ruiz, presidente estatal de la Canacar, explicó que por cada día detenido, un tráiler deja de percibir entre 2 mil y 3 mil pesos de utilidad neta, y considerando que el organismo tiene registradas más de medio millón de unidades, el impacto económico es enorme.
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| Roberto Díaz |
Además, el sector agroalimentario enfrenta pérdidas significativas, ya que productos perecederos pueden echarse a perder en menos de 12 horas; también se han visto afectados el traslado de medicamentos, pasajeros y otros servicios esenciales. En la industria automotriz, agregó, detener una sola línea de producción puede costar millones de dólares por cada hora de paro.
Díaz Ruiz también se pronunció en contra de la aprobación de la reforma a la Ley de Aguas Nacionales, señalando que si bien los productores tienen motivos para inconformarse, la estrategia de bloquear carreteras no es la correcta. Consideró injusto retirar de un día para otro las concesiones de pozos agrícolas a quienes han trabajado históricamente con esos derechos, y afirmó que, aunque es necesario regular a quienes abusan del uso del agua, la reforma representa un golpe directo al campo en un momento particularmente difícil para el sector.
El líder transportista calificó como “una soberana tontería” la intención de quitar concesiones a quienes tienen el usufructo legítimo del agua, señalando que sin este recurso, cualquier actividad agrícola —e incluso áreas verdes como los campos de golf— quedan reducidas a simples zonas áridas. Insistió en que muchos agricultores han heredado estos derechos de generación en generación y dependen de ellos para sobrevivir, por lo que la autoridad debe escucharlos y atender su situación sin afectarlos de manera abrupta.
Si bien reconoció que algunos productores optaron por medidas equivocadas para defender sus bienes, Díaz Ruiz señaló que esta reacción surge del hartazgo de no ser escuchados. Pidió a las autoridades abrir un diálogo real y sensible con el sector, a fin de evitar mayores afectaciones económicas y sociales derivadas de los bloqueos, y construir soluciones que no vulneren a quienes dependen directamente del campo para vivir.
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