El obispo de la Diócesis de Aguascalientes, Juan Espinoza Jiménez, lamentó el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, ocurrido esta fin de semana.
Durante su mensaje dominical, monseñor expresó su tristeza por los hechos violentos que siguen afectando a distintas regiones del país y que, dijo, “dejan miles de víctimas, algunas anónimas y otras con nombre”.
El prelado señaló que la violencia y el narcotráfico son signos de muerte que roban la paz de las comunidades enteras, afectando profundamente el tejido social. “Ayer fue muy triste lo que pasó en Uruapan, que mataron al presidente de esa localidad”, comentó.
Asimismo, Espinoza Jiménez advirtió que la corrupción y la pobreza también son formas de violencia, pues “matan la esperanza de la gente, el sentido de lucha y despojan de la dignidad humana”.
Finalmente, el obispo de la Diócesis de Aguascalientes llamó a las autoridades y a la sociedad a trabajar juntos por la paz, a combatir la indiferencia y a fortalecer los valores de justicia y fraternidad como única vía para reconstruir el país.

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